Mi querida hormiga

La muestra "Mi querida hormiga" de Luis Gordillo, tiene algo de metáfora, un poco de fábula, algo de moraleja y mucho de ironía, humor y saber. El artista sevillano deambuló por los mismos pasillos donde se expone esta serie cuando estudiaba la licenciatura de Derecho antes de convertirse en todo un referente de la pintura contemporánea española.

Los modos de su producción: la repetición, transformación, duplicación, variación y cualquier otra deriva que podamos imaginar son recursos que se suman a las otras habilidades de su mundo creativo y nos hablan de sus obsesiones y certezas, por eso la relevancia de estos dieciséis monotipos de Mi querida hormiga.

En la investigación sobre este himenóptero desvela su capacidad de trabajo cooperativo, la perseverancia y la constancia de anteponer el beneficio de la comunidad por encima del individual. Cada una tiene un papel y sabiendo lo que deben hacer no se desvían de él.

En la fascinación que siente Gordillo por las hormigas, las muestra amenazantes por su cercanía y tamaño, quizás expresan nuestra pequeñez, debilidades y miedos; complejos, fáciles de superar si usamos su irónico humor, su privilegiada visión de las cosas y la evidencia y potencia de lo extraño.

Quizás éstas nos hagan más humanos, nos coloquen en nuestro lugar y nos ayuden a plantear que las dificultades del individualismo reinante se superan con visiones más plurales y coordinadas.